Los Planetas: Los inicios

Era demasiado pequeña para entender lo que decían Los Planetas cuando los escuché por primera vez. Tendría unos doce años y puse un disco de esos de varios artistas que había comprado a un amable vendedor en una manta. Mientras cargaban los Sims 2 en mi ordenador empezó a sonar Pesadilla en el parque de atracciones y yo flipé.

No fue hasta mis diecinueve que volví a escucharlos. Me encontraba de fiesta y de repente sonó Cumpleaños total. Escuché esa voz… y quedé atrapada.

Para quien no los conozca, Los Planetas son una banda española, difícil de etiquetar (aunque siempre les han llamado indies), originarios de la ciudad de Granada.

La historia del grupo empieza cunado Jota y Florent se conocen, sus gustos conectan y deciden formar una banda llamada Los Subterráneos.

Se dice que este nombre lo eligieron  por un lado por el grupo The Velvet Underground y por otro lado por el libro de Kerouac. Siendo aun Los Subterráneos grabarían algunos temas entre los que ya estaban algunos de sus primeros clásicos. Mi Hermana Pequeña tuvo un gran éxito entre los oyentes de Disco Grande, en Radio3, que la eligieron canción del año en 1992.

En diciembre de 1993 graban una maqueta en los estudios de RCA con 12 canciones propias y una versión del Where’s Bill Grundy Now? de sus admirados Television Personalities.

Dos nuevos temas de Super 8 les permiten volver a sonar sin parar en Radio 3: Rey Sombra y Brigitte, a la que los oyentes de Disco Grande vuelven a elegir como mejor canción del año 1993.

Finalmente, en febrero de 1994 se meten en el estudio 2 de Sonoland para grabar Super 8. Fino Oyarte (bajista recomendado por el productor del disco) estuvo a punto de largarse, cuando Jota le sugirió que grabara él los bajos para acelerar el proceso de grabación, ya que May (la bajista por aquel entonces) tardaba demasiado en hacer sus tomas.

Fino, afortunadamente, no tragó. Echó del estudio a Jota, Florent y Paco, y les dijo que se fueran un rato al bar. Ya sin la presión de la presencia de los demás, May sacó esa línea de bajo. Iba a marcar el camino entre la maraña de guitarras, batería y ruido planetarios. 

Por supuesto, ese inicio de disco provocó quejas de la compañía de discos, por el exceso de ruido y porque decían que no se entendía a Jota cuando cantaba.

Después de esto lanzaron Pop en 1996 . Con Pop, Los Planetas se podrían haber vuelto mainstream. Podrían haber compuesto algunos temas fáciles de indie pop ideales para ser pinchados en la radio y las discotecas. Y su impacto en ese lejano 1996 hubiese sido un éxito rotundo.

Lejos de todo ello se pusieron el mono de trabajo para presentar 11 canciones que distan, en todo, de la popularidad más vulgar. Bajo el liderazgo creativo de Jota y Florent, la banda se labró unas letras tan tortuosas como afiladas en las que se despachan con gusto de todo lo que se les antoja.

Bajo el mando productivo de Kurt Ralske, el disco final tiene detalles sin pulir que demuestran cierta flaqueza. El trabajo por sacar a relucir las voces fue horrible y, 25 años más tarde, sigue siendo uno de los principales puntos flacos de los granadinos.

Aún así, Pop luce poderoso unas melodías con cierta complejidad, con detalles y capas múltiples. Las guitarras suenan poderosas y afiladas, el bajo de May colosal.

Desde 1993 no han parado de hacer música, pero yo quiero hablaros de un año concreto, 1997 y de un disco increíble: Una Semana en el motor de un autobús. La incorporación de Eric (que venía de la banda de punk KGB) a la batería supuso un cambio trascendental.

Pero la espiral autodestructiva de Florent amenazaba con llevarse de la mano a Los Planetas: Los Planetas sin Florent, no tenían futuro como grupo, y Jota sin Los Planetas, no veía futuro como artista. 

Por esta época Jota se había empeñado en dedicarse únicamente a la música. Sentía que en su interior se estaba fraguando un disco importante, que podría definirlos como artistas.

Se veía a sí mismo luchando contra todo: un grupo que se desmoronaba a su alrededor, malas amistades que no le ayudaban en su propósito, la discográfica que no veía claro el camino, trabajar para una multinacional cuando se consideraba independiente, los remordimientos por la situación de Florent (Jota había insistido en las ventajas de experimentar con drogas en el proceso creativo)…

Este fue el caldo de cultivo en el que se iría desarrollando el disco repleto de meta-referencias que tienen la virtud de entenderse como dilemas universales. Jota consigue transmitir con su voz todas las emociones que había vivido para sacar adelante el disco.

El disco comienza de manera impactante con Segundo premio, que además fue el primer sencillo. La crudeza de la música y de la letra, es capaz de transmitir la crudeza del desamor.

Hay que puntualizar que, en este periodo, Florent luchaba por superar su adicción a las drogas. Canciones como Línea 1 nos hacen sentir que estamos junto a él en este proceso.

Público y crítica especializada lo encumbraron con todo merecimiento, considerándolo el álbum más importante de los 90 de la escena alternativa estatal. Los Planetas habían superado su momento más crítico, y se convirtieron en la banda respetada que siguen siendo hoy en día, 20 años después. 

Como curiosidad para los que ya conocíais a la banda, os dejo dos canciones para ver si os suenan de algo. Escuchadlas y comentadnos si habéis adivinado a qué me refiero, en el Instagram de OPIA Magazine.