The White Lotus
Las vidas de varios huéspedes de un resort tropical durante una semana sirven de modelos actuales de familia disfuncional, pareja disfuncional y hasta amistad disfuncional y, con todo ello.
Problemas en el primer mundo
Una de las grandes sorpresas de la temporada, la serie The White Lotus de HBO ha llegado de puntillas y sin hacer ruido. HBO no tenía muchas expectativas con respecto a la que nos ocupa, por lo que su estreno el pasado 11 de julio en su catálogo podría haber pasado desapercibido.
Pero para sorpresa de la plataforma, la serie que fue ideada con el simple propósito de rellenar la parrilla de estrenos se ha convertido en el hit del verano del que todo el mundo habla. Y no es para menos.
Estamos hablando de una auténtica delicia para los amantes de las series de personajes y del humor negro. Una propuesta ideada originalmente en formato de miniserie y que dado el inesperado éxito recibido ya ha renovado por una segunda temporada.
La ficción nos plantea la llegada de diversos grupos de turistas a un lujoso resort de Hawái dirigido por Armond. Allí conoceremos a un matrimonio disfrutando de su luna de miel; a una mujer soltera cuya intención es deshacerse de las cenizas de su madre; y a una familia estadounidense que trata de desconectar de su ajetreada vida en la ciudad, acompañados de la amiga de la hija del matrimonio.
¿Qué tienen todas estas vidas en común? El mito de Fausto. O lo que es lo mismo, querer un estilo de vida, pero también conservar tu independencia… y no es posible. La serie es un juego implícito donde quien tiene el dinero puede marcar la dinámica de una relación, de cualquier relación…
The White Lotus orbita alrededor de esto: el dinero realmente puede pervertir nuestras relaciones más íntimas. Si Shane no hubiera aparecido en su vida, Armond (spoiler). Pero es que si la familia Mossbacher no hubiera decidido llevar a su amiguita pobre de vacaciones, Armond no habría (spoiler).
Pero cada día que pasa, surge una complejidad más oscura en la vida de estos viajeros perfectos, los risueños empleados del hotel y ese lugar idílico.
Uno de los grandes atractivos de la serie The White Lotus es su capacidad para atrapar al espectador desde el primer episodio. Un conjunto de personajes enigmáticos y singulares planean en una trama que deja entrever un auténtico tifón de mentiras, enredos y situaciones dispares, siempre bajo una alargada sombra de oscuridad que hace sospechar que algo malo está apunto de ocurrir.
Muy buena también la idea de empezar la serie resolviendo (en parte) el final. Digo en parte porque lo que te cuentan en la primera escena te va a condicionar durante toda la serie. Y no podrás parar de pensar en ello ni cuando estás haciendo tu vida normal entre capítulo y capítulo.
Durante sus seis episodios está muy presente la lucha de clases, el poder relacionado con el dinero, el elitismo de los más pudientes, la injusticia social… Una auténtica crítica social que funciona a la perfección mientras buceamos por las miserias más profundas de los personajes que se alojan o trabajan en este resort de lujo en Hawái.
No sé a los que la hayáis visto, pero a mí me ha gustado tanto la forma en que se desarrollan los capítulos, que los veía con miedo a que se terminaran. Y cuando se terminaban ya estaba deseando saber que pasaría en el siguiente.
